Museo del cerumen de Madrid
Allá por abril de 2009, dediqué mi segunda entrada de este blog a la web del Museo de Cera de Madrid. Era (y es) una web diseñada por ocas a picotazos.
Pues bien, hace un par de semanas hice el sueño de mi vida realidad: visitar el auténtico Museo de Cerumen de Madrid.
Pues bien, hace un par de semanas hice el sueño de mi vida realidad: visitar el auténtico Museo de Cerumen de Madrid.
Tras pagar los 15 eurazos que te cobran por entrar (sí, 16), pasas a la primera de las salas en la que hay "celebridades de la historia antigua" que no conoces. Gente con barba y hachas a las que solo Jesús (que lo sabe todo gracias a su magia) podría conocer. Te vas con una extraña sensación de idiotez y con mareos, ya que la estancia está aromatizada con desinfectantes industriales que sacan lo mejor de tu bilis y te lo traslada al paladar.
Aún sujetándote a las paredes para no volcar, llegas a una zona en la que la gente te suena más y ¡BAM! Monarquía al canto. Te preguntas si la figura del rey será en realidad una versión zombi del rey, pero no. Es él. Por cierto, no está el Marichalar, lo tienen en el taller, convirtiéndolo en una nueva figura dedicada a Igor de el jovencito Frankenstein o algo así. El que si está y se parece más a una nuez que a una persona es Urdangarín. Grandioso.
Para seguir la visita, tienes que salir al patio central y entrar en otra sala. Tienen bien pensado lo de salir a la calle, porque te pilla justo cuando estás pidiendo a tus compañeros que recojan tu vomitado cadáver allí donde caiga. Pasamos a una sala en la que te empieza a sonar más gente, aunque no mucha. Andas perdido sobre todo por la disposición de los muñecos: un bar lleno de escritores españoles del S. XX en la que te cuelan a una especie de mosquetero, Antonio Banderas rodeado por antiguos mandamases mundiales... en fin, un potpurrí del infierno que hace que te sientas aún más mareado e irascible.
Llegamos a una zona en la que se mezclan deportistas, personajes de ficción tales como Batman, inventores, políticos, dictadores... todo junto y mezclado para que, unido al eterno olor a desinfectante, a los niños les explote la cabeza.
Aún sujetándote a las paredes para no volcar, llegas a una zona en la que la gente te suena más y ¡BAM! Monarquía al canto. Te preguntas si la figura del rey será en realidad una versión zombi del rey, pero no. Es él. Por cierto, no está el Marichalar, lo tienen en el taller, convirtiéndolo en una nueva figura dedicada a Igor de el jovencito Frankenstein o algo así. El que si está y se parece más a una nuez que a una persona es Urdangarín. Grandioso.
Para seguir la visita, tienes que salir al patio central y entrar en otra sala. Tienen bien pensado lo de salir a la calle, porque te pilla justo cuando estás pidiendo a tus compañeros que recojan tu vomitado cadáver allí donde caiga. Pasamos a una sala en la que te empieza a sonar más gente, aunque no mucha. Andas perdido sobre todo por la disposición de los muñecos: un bar lleno de escritores españoles del S. XX en la que te cuelan a una especie de mosquetero, Antonio Banderas rodeado por antiguos mandamases mundiales... en fin, un potpurrí del infierno que hace que te sientas aún más mareado e irascible.
Llegamos a una zona en la que se mezclan deportistas, personajes de ficción tales como Batman, inventores, políticos, dictadores... todo junto y mezclado para que, unido al eterno olor a desinfectante, a los niños les explote la cabeza.
Así pues, y como podéis ver en a foto de arriba, tienen en el mismo cuartucho maloliente a Zapatero, Hitler, Mussolini, Ghandi y a un montón de pedazos de cera que parecen tallados por gorilas a platanazos. Todos juntos y revueltos. ¡Anarquía!
Junto a esta sala de los horrores políticos, encontramos deportistas famosos: Gasol, Nadal, Raúl... y muchos más. Sobran los comentarios cuando puedes poner fotos:
Junto a esta sala de los horrores políticos, encontramos deportistas famosos: Gasol, Nadal, Raúl... y muchos más. Sobran los comentarios cuando puedes poner fotos:
Sales aún más mareado de esta sala y te metes en la sala de los horrores rezando porque todo acabe pronto. Empiezas a necesitar una aspirina o un Whiskey doble.
En esta sala se mezclan una vez más personajes de ficción y personajes reales con total impunidad. Y así, al lado del asesino del tren de correos (¿?) te ponen a Freddy kruger o a un Frankenstein más reciclado de la historia, con cabeza de Frankenstein y cuerpo de algún tío alto (posiblemente Marichalar):
En esta sala se mezclan una vez más personajes de ficción y personajes reales con total impunidad. Y así, al lado del asesino del tren de correos (¿?) te ponen a Freddy kruger o a un Frankenstein más reciclado de la historia, con cabeza de Frankenstein y cuerpo de algún tío alto (posiblemente Marichalar):
Y por fin, mareado, confuso, irascible y con el olor del desinfectante y el comino que emanaba de algún visitante metidos en la nariz, llegas a la última sala del museo. El gran final. Los Simpsons (que ni siquiera están hechos de cera), Félix Rodriguez de la Fuente, Ricky Martin... de nuevo haced lo que queráis señores del museo, mezclad. ¡Mezclad! Una farándula esperpéntica en la que da pena ver a los hermanos Marx al lado de Lina Morgan caracterizada como la tonta del bote. Las luces te ciegan, la música te revienta los tímpanos y te preguntas si esto será el infierno de Dante del que tanto has oído hablar.
Y así, tras esta última estancia de los horrores (en este museo, todo es de los horrores) sales a la calle. La luz del sol te abrasa los ojos y el aire fresco te llena los pulmones mientras das gracias a Dios por haber terminado con vida y rezas por tus amigos caídos por el camino y a los que, probablemente, usarán como moldes para fabricar otros horribles pegotes de cerumen.
Así pues, visitad el Museo de Cerumen de Madrid si queréis terminar con arcadas y mareos y unas preciosas instantáneas como las mías. Recomendable al 73.2%.
Para otro día dejo el Tunel del terror y el simulador con copyright de 1994. Apocaliptideliciosos.
Actualización: ya tenéis disponible la segunda parte de mi horrible viaje al Museo del Cerumen.
Para otro día dejo el Tunel del terror y el simulador con copyright de 1994. Apocaliptideliciosos.
Actualización: ya tenéis disponible la segunda parte de mi horrible viaje al Museo del Cerumen.