Irómetro Vol. VII

¡Jornada Irometril! Hacía mucho que no ponía un Irómetro y he observado que los niveles de IRA se salen del Irostrometrímetro, que es un complicado sistema de poleas, gatos, botes de garbanzos y pigmeos, que sirve para detectar el nivel relativo de IRA en el ambiente.

En el último Irómetro os preguntaba acerca de si habíais robado, manchado o roto por venganza, y el resultado no pudo ser más rotundo: el 75% de los encuestados admitió que lo había hecho, y el 25 % restante que no lo había hecho, pero que se quedó con ganas y ahora se arrepentía. Me gusta, la IRA fluye.

En el día de hoy el Irómetro va a intentar estudiar un tipo de IRA muy cotidiana. Hay ocasiones en las que los planetas parecen alinearse para que no encontremos lo que estamos buscando. Por ejemplo: te despiertas tarde porque el despertador ha fallado, te vistes a toda prisa, revientas el despertador y antes de salir, te das cuenta de que no tienes las llaves. Vuelves al cuarto y las buscas. No aparecen. Maldices al inventor de las llaves y al inventor de los cuartos con recovecos en los que se esconden las llaves. Miras el reloj y ya vas 10 minutos tarde. Las llaves siguen sin aparecer y, justo cuando vas a ponerte a vomitar de rabia, te acuerdas de que estaban en el sitio más tonto, por ejemplo, el bolsillo de la chaqueta que usaste ayer. Este momento de inflexión, en el que encuentras las llaves, debería ser el catalizador para que la IRA se disipe de tu torrente sanguíneo y vuelva a los niveles normales (no bajos, pero si normales). ¡Pero no! El hecho de haber estado buscando las llaves durante 10 minutos y el llegar tarde a donde sea que tengas que ir, son razones suficientes para que el resto del día seas una especie de bestia huraña y malhumorada, que espeta aberraciones léxicas e insulta a ancianas.

Esos días son los que me interesan hoy. Los días en los que, por un nimio detalle, te los pasas malhumorado, cabizbajo y con la IRA por las nubes.

Así que, aquí viene la pregunta del Irómetro de esta semana:

¿Te has pasado algún día entero malhumorado por algo de poca importancia que te haya pasado al empezarlo?
Parecen inofensivas, pero son las catalizadoras de IRA más potentes del mundo.

4 Comentarios llenos de IRA:

whosayNI dijo...

Un día estaba en el sofá viendo la tele y había quedado, me levanté sin acordarme de que tenía las llaves en el regazo y se cayeron al suelo, me rebotaron en un pie y desaparecieron debajo de alguna parte. En principio no parecía que fuese a ser complicado encontrarlas pero tardé más de media hora en localizarlas debajo de otro sofá en un punto ciego que no se podía ver sin mover uno tras otro otros tres muebles diferentes. Movías uno y dejabas hueco para mover el siguiente y así hasta encontrar las llaves del infierno.

Blog-lady dijo...

Estuve dos meses pensado que había perdido las malditas llaves. No es que me preocupara mucho, NUNCA las pierdo, estarán, como dice WhosayNI, en algún oscuro escondrijo. Lo que me llenaba de IRA a diario era oír a mi padre preguntar por ellas y tener que inventarme escusas peregrinas.

Finalmente descubrí que se habían colado por un agujero en el forro del bolso. Estuve dos meses con ellas de un lado para otro sin saberlo. Las muy guarras...

Blog-lady dijo...

Por cierto, la pregunta que planteas es abominablemente difícil de ententer leyéndola sólo una vez

pakitokrema dijo...

La pregunta se entiende perfectamente. Si no la entiendes es porque te tocas por la noche.

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